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Asma y Rinitis

 

¿Qué hay en el ambiente que le produce asma y rinitis alérgica a los niños?

 

El medio ambiente limeño se caracteriza por su elevada humedad y por mantener una temperatura media anual de 18° a 26° C. (no tenemos temperaturas extremas como en otras latitudes), lo que permite que abunden en las casas los ácaros del polvo doméstico y los hongos ambientales. Siendo los primeros, con bastante mayor frecuencia, los responsables de los procesos alérgicos que desencadenan el asma y la rinitis alérgica.

 

Efectivamente, los ácaros del polvo doméstico, responsables del asma y rinitis en la mayoría de pacientes alérgicos, requieren una temperatura promedio de 25º C. (¡Lima lo tiene!) y elevada humedad (¡Lima lo tiene!). Son seres microscópicos de vida libre, viven formando parte del polvo doméstico (en el polvo de las calles no hay ácaros, el sol los deseca y mueren), se alimentan de la queratina que descamamos diariamente de nuestra piel. No nos causan daño, salvo al paciente alérgico.

 

Los ácaros eliminan en sus heces algunas proteínas gastrointestinales que son las desencadenantes de los cuadros alérgicos; son proteínas que están plenamente identificadas y muy bien estudiadas (se conoce su secuencia de aminoácidos y hasta tienen nombre propio: Der p 1, Der f 2, etc.). Estas proteínas son muy livianas, pudiendo permanecer suspendidas en el aire hasta 25 horas (por lo que no se deben emplear escobas ni sacudidores, en lugar de ellos debemos utilizar aspiradora y trapos húmedos) y al ingresar a la vía respiratoria la inflaman desencadenando el asma y/o la rinitis alérgica.

 

Otras causas de estas enfermedades son los epitelios de animales, en especial de los perros y gatos, aunque también se ha descrito de otros animales como el caballo, aves y la cucaracha. Por suerte el polen de las plantas no es un problema en nuestro medio ya que la humedad lo hidrata volviéndolo pesado y lo precipita al suelo.

¿El asma y la rinitis alérgica se curan?

El tratamiento de las enfermedades alérgicas tiene tres pilares:

 

  • El tratamiento farmacológico: Se refiere a las medicinas que se suelen emplear. No curan, sólo controlan los síntomas y hacen que el paciente se sienta mejor, pero al dejar de usarlos el paciente continuará con los síntomas

  • El cambio del medio ambiente o desalergenización: Tampoco curará al paciente pero se puede lograr una rápida remisión de los síntomas. Se refiere que hay que eliminar en el paciente todo contacto con los elementos que le desencadenan su cuadro alérgico. En el caso de que la causa sea un ácaro, se deben eliminar todos los elementos que retengan polvo, especialmente en su dormitorio (peluches, alfombras, libros, revistas, roperos, cortinas, etc.), el mismo que deberá permanecer bien ventilado. En el caso que la causa sea el epitelio de algún animal (perro o gato), entonces se tendrá que alejar a la mascota del hogar.

  • Inmunoterapia con alérgenos: Es considerada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como “el único tratamiento que puede cambiar la historia natural de la enfermedad alérgica”; es decir, que puede mejorar realmente. Consiste en administrar al paciente las sustancias que le causan su alergia (que pueden provenir de los ácaros, hongos, epitelios de animales o del polen de las plantas). Inicialmente a dosis muy pequeñas y progresivamente, durante semanas y meses, se van incrementando hasta llegar a dosis muy elevadas. Con ello se logra que el paciente se vuelva tolerante al causante de su alergia y al volver a estar en contacto con éste ya no presente los síntomas.

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